Traiciones a Carlos Martínez Rivas


Traiciones a Carlos Martínez Rivas (semblanza no autorizada). Publicado en 1991 por Editorial Vanguardia. 219 págs.

Esta obra sinceramente la leí por el morbo real que provoca inspeccionar en la intimidad de ciertas personas con naturaleza de personajes. En este caso quería indagar en la vida privada de Carlos Martínez Rivas, que es un poeta que yo admiro sin ambages. Pues bien, en ese único sentido puedo darme por satisfecho al terminar este libro.

Hay cosas que me parecen rescatables desde luego. Por ejemplo, esta obra funciona bien como un retrato más o menos claro del círculo cultural de Managua en el período que va del '89 al '90. En lo que narra la autora existen algunos retazos que nos permiten inferir el ambiente cultural y político de la capital en aquel momento clave donde la ensoñación revolucionaria se desquebrajaba definitivamente y cuyo fin definitivo sería la derrota electoral en 1990.

Eso está muy bien, es más, este es uno de los puntos fuertes de todo el texto. Pero con el resto no estoy tan seguro, es decir, al final me parece un libro poco honesto con el lector. 

Obviamente yo lo leí –pienso que como la mayoría de su público en el momento de publicación– por el interés que suscita la figura de Martínez Rivas. Pensé que la autora, consciente de eso, se iba a limitar a hablar de su experiencia con él: una relación de amistad "compleja" con un hombre mayor, alcohólico y de difícil trato cuando no ciertamente desagradable, alguien que tenía una gran influencia literaria en distintos círculos culturales (porque era bueno escribiendo) y que sin embargo malvivía sus últimos años entre botellas de ron, gatos y miseria material.

Pero no fue así, Maranhão se enamora de su propia voz narrativa y desbarra. Recuerdo saltarme pasajes enteros en los que habla de sí misma, de su infancia en Brasil, de su familia, etc., cosas que francamente sobran en su libro sobre C.M.R., u otros aun más insufribles en los que "analiza" desde una óptica revolucionaria las hazañas de personajes políticos como Tomás Borge, Fidel Castro o el propio Ortega.

Son precisamente estas páginas, las que contienen los comentarios de naturaleza política, los que en mi opinión han envejecido de peor manera en un libro que en líneas generales me dejó bastante insatisfecho.

Dije que es un libro que me parece poco honesto con el lector, aclaro, lo pienso así porque al leerlo uno siente que hay cierta afectación en sus páginas, un dejo de falsedad en el tono en que está escrito: como si la autora quisiera mostrarse como alguien que no es a través de su narración y por todo ello se mete en berenjenales que terminan siendo un lastre del que el lector lamentablemente debe hacerse cargo.

Eso sí, la figura de Martínez Rivas no queda bien parada, supongo que eso es lo más honesto del libro. Obviamente no conocí a C.M.R. pero tengo la intuición de que todo lo pésimo de él como persona es cierto y que todo lo bueno de él como creador uno puede corroborarlo en sus poemas.

En fin, habrá que acercarse con cautela a las Traiciones de C.M.R, porque uno como lector quizás acabe siendo traicionado también. 

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