Todos los ensayos bonsái

Literatura Mondadori. 271 páginas. 1ra edición 2013.


Todos los ensayos bonsái

A Casas lo conocí hace un par de semanas –quiero decir: me enteré de su existencia como autor–, por una serie de videos de YouTube titulados “¿Qué leen los que escriben?”. Unos videítos cortos de entre tres y seis minutos donde algunos escritores argentinos sacan de su biblioteca diez libros que signifiquen o hayan significado algo para ellos. En el video en el que aparece Fabián Casas lo primero que me llamó la atención fue la forma en que hablaba, casi no gesticulaba las palabras, de modo que su voz era como un murmullo inquietante que te forzaba a ponerle mente para poder entenderle. ¿Y qué se puede entender de un autor en apenas 3 minutos y medio de video? Yo diría que absolutamente nada, o casi nada. Casi, digo, porque Casas estaba hablando de ciertos libros: aquellos que lo conformaron como lector y tal vez como escritor, y ya ahí se puede atisbar, aunque sea mínimamente, una cierta visión sobre la lectura y también de la escritura.

La verdad es que no he leído ninguno de los libros que el autor menciona en dicho video grabado hace millones de años en 2006 creo, pero también es cierto que casi todos los autores que mencionó ahí me llaman la atención por distintos motivos: Arlt, Céline, Beckett, Bolaño, Caicedo, etcétera. Incluso más que los nombres, me atrajo la forma en que Casas hablaba de esas obras. Casas podía decir “este libro es muy hermoso” o “este libro es especial”. Pero también dice en el video: ”este libro me voló la cabeza” o “esto me trastornó”.


Fue una grata sorpresa leer Todos los ensayos bonsái y encontrar que esa visión de la literatura y de la cultura como un artefacto transgresor, a veces destructivo, permanecía intacta e incluso se expandía en su páginas. Es una visión que me interesa porque se opone rabiosamente a esta otra de la cultura como algo inocente, de los libros y las películas como objetos casi ornamentales o incluso chics.


Los textos de Casas componen un libro misceláneo en donde la reseña, la crónica personal y el artículo de opinión se entremezclan abigarradamente para hablar de los temas más diversos, literatura, por supuesto: Cortázar, Plath, Bolaño (de nuevo), Levrero, Salinger. Pero también fútbol: San Lorenzo, los mundiales, Messi, Maradona. Y música: Beatles, Led Zeppelin, Pixies, Charly, Bob Dylan.


En estas páginas hay un tono personal, donde además se bosquejan algunas biografías que han atravesado la propia vida del autor: su madre fallecida, su padre, los hermanos, un boxeador retirado, un poeta que tiene un taller mecánico, otro que es sordo y se muda constantemente, entre muchos más.


Tal vez lo que unifica toda esta masa de textos desbordados es esa voz singular con la que están escritos. Una voz que es como un amargo murmullo, casi ininteligible, entonces uno tiene que acercarse, pegar el oído y escuchar: Este libro me rompió la cabeza.


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